jueves, 8 de noviembre de 2012

Las cinco máximas.

Las 5 máximas de la vida. No existen. Ni las 2 ni las 3, ni máximas ni mínimas. Ni las 7 reglas, ni las 8 normas ni 4 siglas mnemotécnicas. Nada no existen, son excusas. Miedos que la mayoría usamos para sentir que tenemos algo a lo que aferrarnos. Humo. Pero, tenemos la verdad. Nuestro modelo a seguir. La luz en la oscuridad, que aunque de un insignificante destello nos parezca, y lejano muy lejano. Siempre guía nuestros pasos. Pero eso, hay que andar. Ella siempre está allí. No gesticula, no chilla, de echo tansquiera susurra. Pero se mantiene firme y aunque nada diga es quién mueve todos los hilos. Sal a la calle. Fijate, és un baile de mascaras. Al compás de la lluvia, al ritmo que marcan los demás. Un tango en soledad. Pero hay quiénes poco pueden hacer subyugados al embozo de lo que no han sido, ni són, ni serán. Quiénes son verdad pese a todo. Y pese, porque es la más difícil de las existencias. La más maravillosa Dije que no existen las 5 máximas de la vida. Realmente no se si existen, quiero creer que no. Porque me encanta esto. Los giros inesperados del guión. Quédate, juntos levantaremos una contra trama a este argumento que vivimos. Iremos tres pasos ante el mayordomo y trataremos de descubrir quién se llevó la música a otra parte. Más hoy no, es tarde. O pronto. Bueno tal vez si, ya lo veremos.